Viernes, 20 de Febrero, una apacible tarde de domingo con un propósito especial, ir a las armas para ganar la guerra de chefs.
En esta primera batalla, Oscar y Sandra debían empezar la partida, los comensales iban a ser duros, nada puede quedar al azar, el orgullo patrio de los dos esta por encima de cualquier consideración, y eso iba a quedar patente.
Minutos antes de la contienda me dispongo a entrar en el campo de batalla, el aroma de guerra se huele desde la entrada, o quizá son las exquisiteces que esta preparando nuestro anfitrión, que haciendo alarde de imaginativa nos recibe de esta guisa.
Y es que como dije, nada queda al azar, y el mínimo detalle queda plasmado hasta en los delantales, aqui vestidos por nuestros anfitriones.
Tras husmear brevemente en la cocina, y sin terminar de saber que nos esperaba esa noche, me dispongo a escudriñar como han logrado solventar el difícil obstáculo de la mesa, y es que ante todo, sentirse rodeado de las herramientas adecuadas para la cena otorga un plus de detallismo.
Guau, parece que algún maître ha venido a organizar la sala, pero no, en este caso Sandra ha hecho gala de sus cualidades y ha preparado un excelente ambiente para la cena
Y con todo en su sitio, buen detalle.
Pero el tiempo apremia, la cocina esta en plena ebullición, platos medio montados, ingredientes preparados y de repente... las 21:00h, la batalla empieza, los comensales se presentan...
¿Que tienen preparado nuestra primera pareja anfitriona? ¿Estaran a la altura de tan magnánimo instante? ¿Han leído el Arte de la Guerra?...
Vamos a verlo con detenimiento en próximas entregas.




